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Confitería María Antonia en Benacazón es un referente gastronómico dulce en la provincia de Sevilla que este año celebra el 20 aniversario de su refundación, un cumpleaños estrechamente ligado al programa PRODER de ADAD. Creada en el año 1972 por su abuela y su tío, tras la muerte de ambos, “por amor propio y para evitar que mi hermana, que había estado trabajando en la empresa se quedara en paro”, Concha decidió tomar el relevo de esta actividad tradicional familiar de tercera generación.

 

Concha Arcos Fernández

Confitería María Antonia. Emprendedora Rural de Benacazón

“Cogimos la rienda de la pastelería, y lo hicimos en donde se inició a principios de los 70, en la casa de mi madre. Mis padres nos compraron el horno y la batidora, y estuvimos en un espacio minúsculo de la casa durante cinco años. Gracias a la ayuda de los fondos de desarrollo rural que entonces gestionaba vuestra asociación, el PRODER, pudimos montar en el año 2003 el nuevo obrador y el despacho, en un lugar muy estratégico del municipio, cerca de la autovía”.

Desde entonces, Concha, con el apoyo de su hermana y su cuñada, ha logrado convertir su empresa en un referente de la confitería artesana de la provincia de Sevilla, una proyección que ha alcanzado altos vuelos en los últimos años gracias a sus populares mantecados. “Elaborados uno a uno, de forma totalmente artesanal, y que prácticamente no hemos tenido que promocionar porque se han hecho famosos a nivel nacional y hasta internacional gracias al boca a boca”, asegura la emprendedora benacazonera.

 

“Me he perdido muchos cumpleaños de mis hijas”

La historia de este emprendimiento femenino no está, sin embargo, exenta de esfuerzo y sacrificios. “Si volviera atrás me lo pensaría dos veces”, afirma Concha, haciendo memoria de los cumpleaños de sus hijas que se ha perdido y de “lo complicado que es ser madre y llevar tu casa adelante siendo empresaria rural. Mi marido siempre ha dicho que parecía un padre separado”.

Cada día resulta más difícil, recalca. “Antes se podía conciliar un poco mejor, se pagaba menos impuestos y podías dedicar algunos recursos a la conciliación. Ahora es imposible. Debería haber más ayudas para las mujeres empresarias rurales. Estoy trabajando mucho más que hace 5 o 10 años para ganar lo mismo y tener mi empresa saneada. Es una situación dura, que acaba creándote mella”.

 

“Debería haber más ayudas para las mujeres empresarias”

No obstante, Concha anima a las jóvenes a perseguir sus sueños de emprendimiento. “Toda mujer que tenga esa inquietud, que tenga un proyecto y le guste, debería poder emprender, para lo que también es necesario facilitar más ayudas públicas”. “En mi caso, el apoyo de ADAD para la refundación de la confitería hace veinte años fue fundamental. La ayuda del PRODER nos vino muy bien, y si la hubiéramos podido coger completa, aún más; pero no me llegó el dinero para invertir más”.

“Un negocio hoy en día te acapara mucho si quieres que te funcione bien”, expresa Concha, para quien es fundamental “tener devoción por lo que haces y centrarte en los objetivos que te has marcado, y una vez encarrilado el proyecto, buscar la mejor manera de conciliarlo con tu vida personal y familiar, especialmente delegando el trabajo”. 

Otro consejo que ofrece a las jóvenes emprendedoras es que “desde el minuto uno, tengan en cuenta que todo lo que entra en caja no es tuyo. Tener un negocio saneado es muy importante, y te abre muchas puertas en épocas de crisis como las que hemos pasado”.

 

"Las mujeres emprendedoras son un capital fundamental de nuestros pueblos"

Para Concha Arcos, las mujeres emprendedoras rurales tienen muchísimo valor y son un capital primordial de nuestros pueblos. “Una mujer emprendedora es capaz de llevar muchas cosas por delante, tantas como no llegamos a imaginar. Difícilmente nos alcanzan. Pienso, además, que ser emprendedora tiene que salir de dentro”.

Sobre las contribuciones que su proyecto empresarial tiene a nivel local, la empresaria afirma que “gracias a la pastelería, mucha gente conoce Benacazón, y eso es algo de lo que me siento especialmente orgullosa”. “También me enorgullece mirar atrás y ver lo que hemos sido capaces de hacer. Mi abuela María Antonia, que era tan luchadora, se sentiría orgullosa de lo que he conseguido”.

 

Conchi rellena cajas de mantecados, uno de sus productos más reconocidos y valorados. Al fondo, preparando el horno, su cuñada Loli. 

 

Proyecto "Mentoring: apoyo al emprendimiento femenino" del Grupo de Desarrollo Rural Aljarafe-Doñana  (ADAD), subvencionado por el FEADER de la Unión Europea y la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural de la Junta de Andalucía